El Barcamp concentró el talento en Campus Party

‘Los invitamos a aprender”, dijo enérgico Christian Aguirre desde uno de los cinco puntos de exposición del Campus Party. Este programador, de una familia de artistas y de voz fuerte, fue el encargado de atraer público para la zona del Barcamp, que en la tarde del viernes no lucía concurrida.

El Barcamp es un evento abierto, que se desarrolló de forma paralela al Campus Party. Se convirtió en una plataforma para compartir de forma espontánea conocimiento por fuera de la agenda oficial y de las conferencias patrocinadas.

Expertos en ‘software’, comunicación e Internet participaron con ‘desconferencias’ como ellos prefieren llamar a sus charlas.

Allí se presentó Marco Guillén, especialista en Desarrollo de aplicaciones web, quien compartió con los asistentes un hallazgo suyo sobre cómo manejar millones de registros de forma óptima.

Al finalizar, Aguirre volvió a los micrófonos para seguir con su convocatoria para la siguiente presentación. “Cuando hablas fuerte, la gente te hace caso. Lo aprendí de mi familia”.

Era el turno de Francisco Basantes, un estudiante de 17 años del Colegio Los Alpes, creador de un robot llamado Alfa Rex. Utilizó solo cinco de los 20 minutos que tenía para su exposición.

Enseguida Aguirre buscó mantener al tímido muchacho con preguntas del público para que no dejara el escenario tan pronto hasta iniciar la siguiente charla. Aguirre pertenece a la comunidad Iguana Valley, organizadora del Barcamp. Una pizarra de tiza líquida fue la vitrina de los horarios y los temas de las ‘desconferencias’ del Barcamp, distribuidos en tres grandes ejes temáticos: social, técnico y mixto.

Para Iván Lasso, integrante también de Iguana Valley, no importó si hubo dos o tres asistentes, porque la comunidad se dio a conocer en el mundo tecnológico local e internacional. Recuerda, sin embargo, la gran convocatoria que tuvieron los conversatorios de la noche del jueves sobre el iPod de Apple y sobre Anonymous.

El Barcamp sirvió además para que otras comunidades tecnológicas se conocieran. Daniel Núñez, alumno de la Escuela Politécnica, propuso una reunión para el viernes en la noche. Él pertenece a los Minds Over Net, que gustan del ‘software’ libre y de la conectividad de redes. A Núñez le interesa conocer cómo monetizar una comunidad para desarrollar proyectos.

Su grupo lo conforman ocho compañeros de la Politécnica y la reunión del viernes le sirvió para conocer la experiencia de los Iguana Valley. De Guayaquil, llegaron Franklin Villamar y Roberto Esteves, dos de los 12 integrantes de The Wild Children. Su fuerte es la difusión de música y en su blog, que lleva el mismo nombre, hacen transmisiones en vivo. Su iniciativa empezó hace cinco años y buscaron apoyo para renovar tecnológicamente su sitio web.

En el Campus Party estuvieron los ‘gammers’. Byron Ajila, diseñador web, pertenece a un grupo apasionado del videojuego League of Legends. Ensu página de Facebook, ellos tienen más de 130 seguidores y en Cemexpo encontraron 30 aficionados más al juego.

Luis Fernando Loaiza y Patricio Peñaherrera, estudiantes de Mecatrónica de la Universidad Internacional, junto a tres amigos más, son parte de una comunidad internacional llamada Speed. Llegaron a ella gracias a los contactos que hicieron durante su visita a Lisboa, por el tercer lugar que obtuvo su impresora braille en un concurso latinoamericano.

El diseño también tiene su grupo. Glov Digital Art reúne a tres artistas que han experimentado con realidad aumentada.

Iniciativas

Alrededor de 15 ediciones de Barcamp se ha realizado en distintas ciudades del país. El último se llevó a cabo en Guayaquil.

En Iguana Valley hay emprendedores, desarrolladores, comunicadores y  blogueros. Además reúne a otras comunidades.

En esta cita   tecnológica, el grupo de jóvenes   Glov Digital Art   hizo  algunos   contactos con más interesados en  el campo de la realidad aumentada, en el cual   todavía   hay pocos estudiosos.